Las fuerzas políticas en Tucumán comienzan a desperezarse con la mirada puesta en los próximos procesos electorales. Si bien puede parecer temprano para el ciudadano de a pie, la dirigencia se rige y proyecta con otros parámetros de tiempo. Los principales temas de discusión de la política en público son la marcha del Gobierno nacional, la gravísima situación económica y social y la epidemia de dengue. En privado, sin embargo, ya se habla de los armados para las parlamentarias del año que viene, la primera prueba en las urnas para La Libertad Avanza (LLA) como oficialismo. En las elecciones de medio término se renovarán bancas en el Congreso, un ámbito donde aspira a crecer numéricamente para limitar los sobresaltos y la dependencia de sus eventuales aliados.
Si bien el mileísmo reniega de la política tradicional y del sistema en general, tuvo que recostarse sobre un conjunto de partidos para llegar a la Rosada. La coalición fue integrada por un conjunto de 14 organizaciones de distrito nacional, entre ellas la tucumana Fuerza Republicana (FR), que encabeza el legislador Ricardo Bussi. En el caso de la provincia, los libertarios emplearon la fuerza en todas las contiendas nacionales y provinciales del 2023.
El desafío ahora es formalizar su estructura incipiente en un armado propio. La Secretaria General de Gobierno, Karina Milei, sería la presidenta nacional de la fuerza, que se llamará en todo el territorio LLA y que comienza a gestarse en las secretarías electorales de todo el país. Una semana atrás se dio el puntapié con el lanzamiento en la Ciudad de Buenos Aires.
La decisión estratégica de crear una fuerza generó ruidos con aquellos aliados en Buenos Aires y en las provincias que confiaron inicialmente en la propuesta y prestaron sus figuras y sellos. Pero a esos de la primera hora se sumaron luego otros partícipes en el balotaje que apoyaron a Milei porque sus candidatos presidenciales quedaron en el camino. En el caso de Tucumán, en esa instancia se añadieron sectores de Juntos por el Cambio, sobre todo del radicalismo y del PRO, además de CREO. Y aquí es donde los accionistas del poder se multiplicaron.
En distintos medios nacionales dieron cuenta de que el armado para 2025 en nuestra provincia correría por cuenta de Bussi, de la diputada Paula Omodeo (CREO) y de Matías Sabaté. Por la provincia se renuevan cuatro de las nueve bancas en la Cámara Baja.
Bussi fue el primer aliado del libertario en Tucumán, su candidato a gobernador y quien lo llevó en sus boletas nacionales. Naturalmente, FR tenía las expectativas de poder inscribir LLA, ya sea para entrar en el partido nacional o mantenerse en el frente. Desde fines del año pasado, referentes republicanos venían manteniendo conversaciones con quienes estaban a cargo en Buenos Aires de delinear la cuestión partidaria y habrían hasta iniciado trámites preliminares.
Tal como sucedió con otros referentes provinciales, habría algún grado de molestia local entre los republicanos porque se les estaría dando más participación a otros actores que se sumaron con posterioridad. Fuentes nacionales sostienen que el Gobierno quiere mantener a FR en sus filas.
Respecto de CREO, varios tucumanos vieron en los últimos días tanto a Omodeo como al líder del partido Sebastián Murga en la Rosada. Trascendió que se reunieron con una figura clave en la construcción de la fuerza del Presidente y mano derecha de Karina: Eduardo “El Lule” Menem. Una de las versiones que circuló indica que habrían tenido un ofrecimiento para que su partido se transforme en LLA. La respuesta a esa propuesta sería negativa. Omodeo y Murga vienen apoyando las medidas de la Nación y defendiendo las políticas, porque son ideológicamente afines. Apuntarían a forjar una alianza o integrar un frente, pero manteniendo su identidad.
La otra figura nacional clave para el armado y las decisiones es el tucumano Lisandro Catalán, secretario del Interior. Suele ser quien mantiene contacto con la dirigencia local.
Además de las estructuras conocidas, en todo este tiempo convivieron algunas juntas promotoras que querían iniciar y quedarse con el nombre de la fuerza mileísta en este distrito. Hay una iniciativa que se despegó del resto y que está más avanzada. El grupo cuenta con la venia nacional y ya efectuó la reserva de nombre. Las fichas de afiliación, de hecho, ya están circulando. Y allí surge el nombre de Sabaté, un abogado cercano a Catalán que está encargado del andamiaje jurídico y que trabajaría en conjunto con Gonzalo Peñalba Pinto.
Las primeras rispideces entre las distintas líneas que apoyan al oficialismo se habían dado durante la distribución de las oficinas nacionales en la jurisdicción. Por el momento, gran parte de esas dependencias siguen vacantes. La más importante que fue cubierta fue la dirección ejecutiva del PAMI, que conduce Mariano Usandivaras. El currículum del contador había sido llevado a la Capital por el legislador José Macome (PRO) y por Bussi.
Se espera que esta semana pueda destrabarse la situación en los espacios más codiciados, los de la Anses. Descartado el arribo del radical Sebastián Salazar en la gerencia Regional (abarca Tucumán, Jujuy y Salta), sería designado el diputado provincial salteño Jorge de la Zerda. El puesto habría sido reclamado por el gobernador de la vecina provincia, Gustavo Sáenz. En los despachos tucumanos ya estarían asistiendo quienes serían nombrados, aunque no cuentan con la designación formal. En la unidad de atención principal saldría la designación de Mario Aramayo (FR), en la de la calle Muñecas la de Leonardo Talarico (PRO) y en la de Yerba Buena la de Mauro Volpi (ex Director de Empleo de Yerba Buena).
El mileísmo tiene, además, un aliado latente en el radicalismo. El diputado Mariano Campero fue el candidato de la Cámara Baja de la ahora ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El resto mira con recelo a Campero, que puede perfilarse como el próximo líder opositor. El ex intendente yerbabuenense no oculta sus intenciones de armar y competir electoralmente.
¿Desde qué espacio podría hacerlo? Hay un asunto urticante en esta pregunta. Los últimos entuertos sobre la conducción en la Unión Cívica Radical derivaron en que en el camperismo se analice salir y competir electoralmente por afuera. Campero tiene su propio partido, Cambia Tucumán, y diseña un plan de dos etapas: 2025 y 2027. Esa fuerza, que puede actuar en ambas contiendas. En las cercanías de Campero advierten que no quieren lidiar a futuro con un partido que, consideran, ha condicionado a sus candidatos a gobernador. En el entorno del diputado cuentan que mantiene reuniones en el plano nacional y en el local porque considera que tienen que reagruparse y generar una alternativa de poder. Si definen alejarse, no descartan integrar eventualmente un frente amplio con LLA.
Hay un tema no menor y que incomoda a los afines. El gobernador Osvaldo Jaldo es el principal aliado de la Nación en Tucumán. Contra todo pronóstico, el mandatario justicialista tiene excelente relación y comunicación directa con la Rosada . El tranqueño neutralizó la necesidad de posibles interlocutores y esto fulminó expectativas. Mermó y acotó el posible poder de cualquier opositor tucumano con vínculos en el Ejecutivo federal.
Qué pasó en el radicalismo
Los últimos días fueron movidos en la UCR. El entredicho por el final del mandato de las autoridades que enfrentó los criterios de varias lineas internas generó la peregrinación de referentes a Buenos Aires y decenas de llamados y reuniones. Todas las miradas estuvieron puestas en Roberto Sánchez, quien se desempeñó como presidente hasta el jueves 11. Él había dado señales de que no pretendía continuar en el cargo. En el medio hubo algunas informaciones cruzadas, porque se creía que podría acceder a cumplir una prórroga porque mantuvo charlas con el presidente nacional Martín Lousteau.
El último movimiento de Sánchez a cargo de la Junta de Gobierno fue firmar la convocatoria a internas para el 1 de septiembre.
El ex intendente de Concepción hizo un balance del ordenamiento del partido y entregó toda la documentación ante un veedor de la Justicia.
¿Quién quedó a cargo? En este acto, el titular de la Convención, Raúl Moreno. La mesa de ese organismo es la única que no caducaría en este escenario sin nuevas autoridades porque alguien tiene que seguir administrativamente a cargo y conducir el proceso electoral.
La situación de Moreno había generado tironeos entre varios sectores que lo resistían.
Hay un nuevo conflicto: cayeron todos los mandatos, pero habría una prórroga en camino. El legislador José Cano, secretario de la Convención nacional, estaba en Buenos Aires actuando de vaso conductor, para gestionar la extensión, para la que había acuerdo interno. Esa resolución podría salir mañana lunes de un plenario del Comité Nacional. Pero si se alarga el mandato, Sánchez ya dio por concluido su ciclo y, a los ojos de la Justicia, también los de quienes podrían reemplazarlo.
“Todo lo que pasó es irracional”, masculló un radical indignado. En todas las vertientes de la organización coinciden en que lo más prudente era aplazar estas cuestiones hasta que se aplaque la coyuntura nacional, porque estas circunstancias reavivan rivalidades y generan tensión cuando en el clima general están planteados otros temas de mayor relevancia y la paciencia social no está con margen para peleas intestinas.